Parque Natural de Urkiola

Las peñas del Duranguesado conforman un relieve espectacularmente abrupto y perfilan un paisaje de montaña bastante singular al que el Gobierno Vasco otorgó una protección ambiental en 1989 en forma de parque natural.


La sierra caliza de Anboto, antiguo arrecife coralino.

Además, en 1997 el Parque Natural de Urkiola se integró en la Red Natura 2000 tras ser declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).


El área protegida comprende 5958 ha de superficie y se ubica entre la localidad vizcaína de Durango y la frontera con la provincia de Álava, donde el singular paisaje montañoso supone sin duda su mayor valor ambiental, con sus cimas rocosas y escarpadas, destino de referencia para los senderistas, montañeros o ciclistas.

Macizo de Eskuagatx, cuya cima mas elevada es Errialtabaso con 1011 m.


El nombre de Urkiola viene de la palabra vasca urki, que en castellano significa "abedul"



Geografía

Las escarpadas y calizas peñas del Duranguesado caracterizan el paisaje del parque natural.
La mayor parte del parque natural se extiende dentro de la provincia de Vizcaya, y solo al S una pequeña parte se adentra en Álava. Observando el relieve se distingue un cordal discontinuo pero muy marcado que sigue la línea formada por las cumbres de Mugarra, Untzillatx, Alluitz y Anboto, precisamente las cimas más altas y remarcables de la zona.

Untzillatx 941 m

El puerto de montaña de Urkiola Bi-623, marcado en azul, es una etapa habitual de las carreras ciclistas, y que alcanza su altura máxima en el Santuario de Urkiola, punto de partida de algunos de los ascensos más importantes del parque natural.




Peña de Anboto

La cara N del Anboto supone el mayor barranco del País Vasco
El Anboto es la cima culminante de un largo cordal calizo que tiene su punto de partida en el monte Astxiki (785 m) y sigue dirección SE pasando en orden por las siguientes cumbres: Alluitz (1034 m), Elgoin (1243 m) y finalmente Anboto (1331 m). Se trata por tanto del punto más alto del Parque Natural de Urkiola, el Anboto es también el 3º monte principal más alto de Vizcaya, por detrás del Gorbea y del Zalama.

La cara S del Anboto y su cásica subida desde la campa de Pagozelai

El Anboto es una de las montañas más populares para los senderistas vascos, además del puerto de montaña que suele ser escenario de carreras ciclistas de élite, su particular ascenso atrae a numerosos montañeros ávidos de coronar una cumbre que tiene además relevancia mitológica para la antigua religión vasca, pues cerca de la cima existe una cueva casi inaccesible donde se decía que moraba la diosa Mari.
Se trata de una masa de caliza arrecifal muy compacta que contiene fósiles de corales coloniales masivos y grandes conchas de moluscos hoy extinguidos, como rúdicos y ostréicos.


Vértice geodésico del Urkiolamendi, con el Anboto al fondo

Tanto la cara N como S de la crestería son bastante empinadas y vertiginosas, lo que ha favorecido también una cierta actividad de escalada. Mientras que la cara S muere en las campas de Pagozelai con un desnivel de 300 m, ese desnivel es de más de 1000 m en la cara N, que muere en el barrio de Arrazola, siendo así el barranco de mayor desnivel de todo el País Vasco.

El hayedo acidófilo por el que se sube al Anboto por su cara S.



La Dama de Anboto

En la cara E del Anboto, a unos 1000 m de altitud existe una cueva que según las leyendas fue la morada de Mari, la Dama de Anboto, diosa suprema de la Mitología Vasca, que en días soleados se peinaba su larga melena rubia con un peine de oro a la entrada de su cueva, y que durante la noche aparentaba ser una gran bola de fuego.
Parece ser que durante la Edad Media se practicaban ritos paganos y aquelarres en algunas cuevas de Urkiola en honor a la diosa Mari, de hecho, en el año 1500 la Santa Inquisición ya condenó a la hoguera a numerosas "brujas" por realizar estos rituales.








El Santuario de Urkiola


El Santuario de los Santos Antonios Abad y de Padúa de Urkiola es el clásico punto de partida para visitar el Parque Natural de Urkiola, dando además nombre al mismo. Se ubica en el collado homónimo a poco más de 600 m de altitud, que antaño suponía una de las principales vías de comunicación entre la vertiente cantábrica y la meseta central.
La zona de Urkiola ha sido siempre relevante en las creencias religiosas de sus habitantes desde tiempos prehistóricos, pues en sus inmediaciones hay abundantes restos arqueológicos, y en el Amboto, la mitología autóctona ubicó su máxima figura, Mari, como ya hemos comentado. El Cristianismo, lejos de borrar las creencias anteriores, no evitó que perduraran en el tiempo, por ello, Urkiola ha tenido desde siempre una fuerte expresión espiritual y religiosa. Se estima que la antigüedad del culto en ese lugar es anterior a la Edad Media.

El primer santuario fue construido sobre un primitivo eremitorio dedicado a San Antón del que se tiene referencias escritas de 1212. También hay más referencias del año 1567, cuando uno de los rectores del santuario, Benito de Vizcarra, dice poder fijar el origen del santuario entre los siglos VIII y IX a partir de los legados aparecidos en un documento de testamento de la Merindad de Durango del siglo XIII. De este edificio original se sabe que su altar miraba a OR, se ubicaba en la entrada del actual templo, y tenía un campanario y pórtico. Desde el siglo XIII el santuario está dedicado a los dos Santos Antonios.
En 1567 el conjunto consta ya, aparte de la ermita, de una casa y un hospital y precisaba de una renta de 61 ducados para sus gastos de sostenimiento. En 1625 se comienza a construir una iglesia que sustituye a la ermita. Las obras se encargan a Antonio López de Traña con el que trabajan en cantería Martín de Arriluceaga, y en la carpintería Baptista de Orbea.

En junio de 1646 se inauguró la nueva iglesia que tenía planta en cruz latina de una sola nave y cúpula. Esta iglesia permaneció abierta al culto durante 15 años. En 1553 se construye el claustro de los peregrinos y se amplía el coro y la sacristía. Poco después se construye el retablo a cargo de los arquitectos Juan de Bolialdea, Domingo de Ascorbe y Joanes de Iturriza, que lo acaba.
En 1756, con la aprobación del Cabildo y el Patrón de Abadiño se erige parroquia desligándose de la parroquia de San Torcuato, matriz de Abadiño. Al lado del templo se construyó un hospital para dar servicio a los numerosos viajeros que circulaban por esta importante ruta, el hospital tenía una cárcel y un nevero interior. Frente a él se construye en 1772 la casa rectoral. En 1831 se inauguran cuatro altares laterales.
Durante la crisis social del siglo XIX se cerró el templo al culto y se trasladaron las imágenes de los santos a la iglesia parroquial de Abadiño, donde permanecieron 4 años. Una vez superada esa crisis se vuelve al culto y se plantean varias reformas en el templo. La más relevante y que perdura hasta la actualidad es la construcción de un campanario en 1870. Esta torre, de estilo neoclásico, fue obra del maestro de obras durangués Pedro José Astarbe.

El 13 de junio de 1899, fiesta de San Antonio Abad, se pone la primera piedra de lo iba a ser la nueva edificación. Las obras se hacen de tal modo que se mantiene el edificio anterior en uso. Ese mismo año se quema el hospital. En 1915 se inaugura la primera parte y en 1928 la segunda quedando paradas las obras por su gran coste. Es entonces cuando se tira el templo anterior pero se mantiene la torre que se había construido en 1870. Las obras no prosiguen, quedando construida únicamente la cabecera de la basílica y el primer tramo de las naves, así como un segundo tramo de las naves laterales y marcados los cimientos del resto de la edificación. El 27 de agosto de 1933 el obispo Mateo Mújica consagra el templo que, habiendo cerrado con un muro la nave central y poniendo sendas puertas en los laterales, se abre al culto.
El 1 de mayo de 1970 se encarga a Misiones Diocesanas Vascas la atención del santuario, y a finales del s. XX se realizan reformas destinadas a rematar de forma más definitiva la inacabada obra.




Macizo de Eskuagatx




Udalatx

Aunque ya no está dentro del Parque Natural de Anboto, muchos montañeros consideran al Udalaitz como una más de las peñas del Duranguesado, y dada su relevancia y cercanía al entorno protegido, he considerado incluir aquí una reseña de esta aguja caliza de 1120 m situada entre las localidades de Elorrio (Vizcaya) y Mondragón (Guipúzcoa), precisamente su cima supone una marca fronteriza entre las dos provincias vascas.
Tomando al Udalaitz como cumbre principal, sería la 4ª más alta de Vizcaya tras Gorbea, Zalama y Anboto, y la 4ª también de Guipúzcoa, por detrás de Aitxuri, Aratz y Txindoki.
El ascenso al Udalaitz es especialmente duro porque prácticamente el monte entero es roca desnuda, la intrincada ruta desde la cantera de Kanpazar está marcada en el mapa en granate, aunque también se puede coronar la cima partiendo del barrio de Udala en Mondragón, ya en territorio guipuzcoano. En el siguiente vídeo vemos el ascenso desde Kanpazar y el espectacular panorama desde la cima:



Tras dejar el vehículo junto a la cantera, atravesamos la misma y entramos en un tupido bosque de pinos y encinas donde desde un principio nos percatamos de la fuerte pendiente continua durante todo el ascenso. Tras 30 minutos de marcha se sale del bosque y se sigue un camino a veces no muy bien marcado que discurre sobre roca desnuda de forma ininterrumpida hasta alcanzar las ruinas del Monasterio de la Asunción que vemos en el vídeo, al parecer construido ya en el s. IV d. C. y del que se dice vivó el obispo de Zaragoza San Valero. A partir de este punto, el tramo final hasta la cumbre es especialmente escarpado y entraña cierto peligro, especialmente si soplan vientos fuertes.
Si el cielo está limpio, desde la cima podremos observar montañas tan distantes como el Pirineo Navarro, los montes orientales de Cantabria y Burgos, e incluso el monte San Lorenzo, donde se ubica la estación de esquí de Valdezcaray, nada menos que en la provincia de La Rioja.



Valores ecológicos

Históricamente, el área del parque natural ha sufrido una explotación intensiva de la ganadería, forestal, y sobre todo minera, hoy día aún son visibles los extragos que han causado las extracciones de roca caliza tanto en la localidad de Mañaria como en la cantera de Kanpazar, ya en el Udalaitz. Pero gracias al marco legal vigente, estas actividades están ya reguladas y encaminadas a recuperar los ecosistemas naturales.

Flora

Hayas trasmochas, usadas antaño para fabricar carbón
El parque natural de Urkiola se ve cubierto por grandes bosques, únicamente interrumpidos por los abruptos picos y sierras calizas descritas anteriormente. En total la superficie boscosa del parque es de 3200 ha, que se dividen prácticamente a partes iguales entre plantaciones forestales de pino, y frondosas típicas de los bosques cantábricos, destacando los robledales (Quercus robur) y hayedos (Fagus sylvatica) acidófilos, vegetaciones potenciales que se desarrollan por debajo y por encima respectivamente de los 500 m de altitud aproximadamente.
En algunos lugares se pueden encontrar aún las llamadas hayas trasmochas, cuidadas y utilizadas antaño por los carboneros para elaborar carbón vegetal, muy importante hasta la segunda mitad del s. XX. Muchas de esas hayas tienen más de 100 años.

Lilyum pyrenaicum
También son importantes en Urkiola los pastizales, comunidades vegetales seminaturales moldeadas por la actividad ganadera de ovejas, cabras y bovinos que se ha desarrollado durante siglos en este paraje.
Y por último comentar las comunidades vegetales de roquedo, que se desarrollan discretamente en los riscos de roca caliza que surcan el parque. La singularidad de este ambiente hace que en él se desarrollen especies florales también peculiares, tales como Teucrium pyrenaicum, Vicia pyrenaica, o Lilyum pyrenaicum.

Fauna

El corzo, Capreolus capreolus
El parque de Urkiola cuenta con una buena representación de animales vertebrados: 4 especies de peces, 10 de reptiles, 74 de aves, y 42 de mamíferos.
Las aves suponen la comunidad animal más notable del parque, en especial las aves rapaces y carroñeras, como el alimoche (Neophron percnopterus), el buitre leonado (Gyps fulvus), el azor (Accipiter gentilis) o el halcón peregrino (Falco peregrinus), que encuentran perfectos lugares de anidación, tanto en los bosques frondosos de haya y roble, como en los escarpados riscos calizos de las montañas más altas.

Rhinolophus euryale. La comunidad de murciélagos en
Urkiola es tan importante como desconocida.
También es importante la presencia de mamíferos carnívoros, la mayoría de ellos depredadores o carroñeros, como la marta (Martes martes), la garduña (M. foina), la jineta (Genetta genetta) o el tejón (Meles meles), además de grandes mamíferos hervívoros como el corzo, reintroducido en el parque tras su extinción.
De todas estas especies habría que subrayar dos que están en peligro de extinción: el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y el murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).

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